Vida y trabajo

El compositor y guitarrista Francisco Mário nació el 22 de agosto de 1948 en Belo Horizonte, Minas Gerais. Hijo de Henrique José de Souza y de Maria da Conceição, Doña Maria, que se dio a conocer a través de las cartas de Henfil en las revistas «O Pasquim» e «Isto É». Tenía siete hermanos: Betinho, Henfil, Glorinha, Filó, Wanda, Tanda y Ziláh.

Chico Mário, como se le conocía cariñosamente, estudió guitarra, economía y se postgraduó en ingeniería de sistemas en la COPPE. También fue periodista del Estado de São Paulo y crítico musical de la revista «Realidade». Desde los cinco años, Chico mostró interés por la música, tocando el bongô, el atabaque y la guitarra, con el estímulo de su hermano Betinho, que solía reunirse con su clase y escuchar a Bach, Tchaikowski y Chopin. También contribuyó a su formación musical su hemofilia, una enfermedad que le obligaba a permanecer tumbado durante horas y horas, cuando aprovechaba para tocar la guitarra. Fue el tío Geraldo, de Bocaiúva, en el norte de Minas Gerais, quien enseñó a Chico Mário a tocar la guitarra. Un día apareció Bernard, un fantástico guitarrista, que murió el día que iba a dar su primera lección a Chico Mário, dejando un desafío en el aire para el joven guitarrista.

En 1965 participó en Belo Horizonte en la JEC (Juventud Estudiantil Católica) como miembro de la dirección regional. En estos encuentros juveniles, la «guitarra de Chiquinho» formaba parte de las horas de meditación y, muchas veces, de las misas gregorianas de los frailes dominicos. En 1966, ya en São Paulo, Chico Mário se unió al movimiento estudiantil secundario (União Brasileira dos Estudantes). Una época de pintadas en los muros de la Rua da Consolação y de huida de las balas de la represión hasta llegar a la Rua Maria Antonia, refugiándose en la USP saltando muros. Después, apoyando a los trabajadores en huelga en el ABC. Él contó que incluso olvidó que era hemofílico en la lucha por cambiar el país.

En 1967, con 19 años y ya casado, en São Paulo, dio clases para sobrevivir y al mismo tiempo estudió Economía y Análisis de Sistemas. Estudió guitarra con el maestro Henrique Pinto y creó el método de música en colores para niños, aplicando técnicas dramáticas y música folclórica brasileña. El método se ha utilizado en varias escuelas de São Paulo y en cursos para profesores. Escribió varios relatos para la revista «Recreio», publicada por Abril, como «Tonho, o elefante», «O gigante da lagoa preta», «O leão fominha» y «A pulga do realejo», entre otros. Fue consultor de la Escuela de Comunicación y Artes de la Universidad de São Paulo (USP), trabajando con el profesor Oswaldo Sangiorgi. Realizó el curso de dinámica de grupos con el profesor Lauro de Oliveira Lima, adaptándolo a su curso de guitarra.

En 1978, se fue a vivir a Río de Janeiro, donde las posibilidades de hacer carrera como músico eran mucho mejores en aquella época. No tardó en asentarse en el entorno carioca, llamando la atención sobre su talento. Al mismo tiempo, estudió arreglos y teoría con el profesor Roberto Gnattali, responsable de los arreglos de su primer espectáculo «Ouro Preto», realizado en el Parque Laje y en la UFRJ, junto a músicos como Marcos Ariel (flauta), Henrique Drach (violonchelo), Alberto Gabeira (bajo), Maria Antônia (flauta) y Marcos Dantas (percusión). Dedicado, valiente e idealista, en 1979 grabó su primer disco, «Terra», un disco muy mineiro, que habla de las montañas de Minas, también lanzado en México y elogiado por Carlos Drummond de Andrade. Con portada de Noguchi, el disco cuenta con participaciones de Joyce, Quarteto em Cy, Antonio Adolfo, Airton Barbosa, Chiquinho do Acordeon, entre otros. En mayo de este año, como vicepresidente de la APID (Asociación de Productores Independientes de Discos), participó en el encuentro de producción cultural alternativa de discos independientes en Curitiba, donde comprobó que, aunque formaba parte de la primera hornada de productores, seguían siendo una minoría, ya que los discos de música country eran cinco veces más numerosos que los de MPB. La exposición de los discos de Antonio Adolfo, Danilo Caymmi, Luli e Lucinda y Francisco Mário, pioneros del disco independiente, fueron como banderas para los músicos, compositores e intérpretes que no pudieron entrar en el mercado. En julio, participó en el «Festival de Invierno de Ouro Preto» en su 12ª edición.

En 1980, Francisco Mário entró en el estudio para grabar el álbum «Revolta dos Palhaços», con la ayuda de 200 personas que compraron el disco antes de que estuviera listo. Chico dijo: «Con este disco, denuncio la ilusión instalada para ver nuestra realidad subdesarrollada de país tercermundista y que incluso podría escandalizar a la gente que soñaba y no quería despertar, prefiriendo creer en la falsa realidad que se recrea cada día». En el folleto aparecía un gran lienzo circense, hecho por el dibujante Nani, en el que los coproductores firmaban, compraban y apoyaban la idea del disco independiente. Con colaboraciones de poetas como Aldir Blanc y Paulo Emílio, Fernando Rios, el periodista Tárik de Souza, el actor Guarnieri y participaciones especiales de Ivan Lins, MPB4, Lucinha Lins, Boca Livre, Mauro Senise, Luiz Claudio Ramos, Danilo Caymmi, Djalma Correa, entre otros. La portada fue realizada por el hermano Henfil

En 1981, recibió una invitación para participar en el 5º Festival de Oposición en México. Por primera vez, Chico salió de Brasil para mostrar su música al mundo, lo que se tradujo en el lanzamiento de su primer disco, «Terra», en México, con el sello Fóton. Luego pasó dos semanas en Miami, de forma gratuita, ya que cuando el dueño del hotel descubrió que había músicos brasileños allí, les hizo tocar hasta las seis de la mañana, sin aceptar el pago por su estancia. En el Festival, que contó con la participación de músicos de todo el mundo y un público de 15 mil personas, Francisco Mário, Djalma Correa y Henrique Drach fueron aplaudidos con palmas y pasos, teniendo que volver al escenario siete veces para un bis. En ese mismo año, grabó con Francisco Julião, recién llegado del exilio, «Versos e Viola, que estaba prohibido por la censura de la época. Impresionado por la receptividad mexicana a sus chorinhos y baiões, que tocó en el bis del concierto en México, Chico llegó a Brasil y decidió grabar su primer disco instrumental, «Conversa de Cordas, Couros, Palhetas e Metais«que fue elegido uno de los mejores discos de música instrumental del año 1983, recibiendo el trofeo «Chiquinha Gonzaga». Junto con el álbum, también se publicó un libro de poemas, «Painel Brasileiro». Con una portada de Elifas Andreato, la foto de Fernando Carvalho y la participación de personalidades como Rafael Rabello, Nivaldo Ornelas, Zeca Assumpção, Antonio Adolfo y Afonso Machado, Chico dio una lucha más para imponerse en el mercado y abrir espacio a la música instrumental en su lugar de origen, ya que en el extranjero la aceptación fue comprobada. Ese mismo año, comenzó a estudiar teoría con el profesor Adamo, recomendado por el maestro Ian Guest.

En 1984, ganó el primer premio en el Festival de Ouro Pretocon la canción aún inédita «São Paulo», y en 1986, con la misma canción, ganó el premio al mejor arreglo en el Festival dos Festivais de Minas. Buscando la asociación con la revista Cadernos do Terceiro Mundo, Chico y Nívia, su esposa, inician un proyecto de producción independiente de los mejores músicos brasileños. El primero y único fue el disco de piano solo de Radamés Gnattalli, «Retratos». Enfrentándose a todo tipo de obstáculos, consiguió imponerse y publicó otro álbum instrumental en 1985, «Pijama de seda», que lleva el nombre de una de las canciones, dedicada a Pixinguinha. Otra canción del disco,«Ressurreição«, considerada una de las más bellas, se hizo en homenaje a su hermano Henfil, con ocho guitarras tocadas por Chico. Toda la música, los arreglos, la flauta de pan e incluso las guitarras superpuestas son de Francisco Mário. Con una portada de Noguchi, el álbum se presentó en la Sala Cecília Meireles el 30 de septiembre de 1985. En 1986, lanzó el álbum«Retratos«, buscando en las fuentes brasileñas la esencia de su música, mezclando de nuevo ritmos, donde rinde un homenaje a João Gilberto y a los indigenas Pankararés. En el lado A, está el norte bucólico y fatalista, y en el lado B, el sur del progreso y la bribonería. De lo urbano a lo rural, dando una visión general de la música brasileña, con toques de buena vecindad, como en la canción «Cuba», dedicada a Silvio Rodrigues y Pablo Milanês, el disco tiene una hermosa portada y pintura de Lobianco. Dorival Caymmi, Luiz Gonzaga, Waldir Azevedo, Baden Powell fueron citados en este trabajo. En noviembre del mismo año, Chico Mário hizo su último espectáculo, presentando sus nuevas canciones en «Suite Brasil», un proyecto presentado en el Club Catacumba, promovido por Rioarte, que fue un gran éxito. Al mes siguiente, con una neumonía, se enteró de que había contraído el virus del SIDA, contaminado por una transfusión de sangre. Después de salir del hospital, a principios de 1987, fue a la Fazenda da Serra, en Itatiaia, con su familia, y compuso sus tres últimas obras:«Dança do Mar», «Suíte Brasil» e «Tempo». En octubre de 1987, entra en el estudio Sonoviso y convierte sus últimos trabajos en disco. «Dança do mar», siete movimientos que reflejan los cambios de la naturaleza y las estaciones. Un disco erudito con todos los movimientos pasados en el mar: Verano, Otoño, Invierno, Primavera, Calma, Amanecer y Tormenta. En cada tema, dos interpretaciones: el cuarteto de cuerda Bosísioy la guitarra de Chico con invitados. Suíte Brasil,una mirada musical a la Historia de Brasil. En cada movimiento, un hito histórico, desde el descubrimiento hasta las elecciones directas. Y el disco inédito,Tempo, un homenaje a Charlie Chaplin, con la canción «São Paulo«, ganadora del Festival de Inverno de Ouro Preto y del mejor arreglo del Festival dos Festivais de Minas Gerais.

En diciembre de 1987 se celebró en Río uno de los conciertos más bellos de todos los tiempos. Con el fin de ayudar al tratamiento de Chico Mário, más de treinta artistas subieron al escenario del Teatro João Caetano, entre ellos Milton Nascimento, Chico Buarque, Gonzaguinha, Dona Ivone Lara, Paulinho da Viola, Emilio Santiago, Joyce, Claudio Nucci, Fagner, Elton Medeiros, Aldir Blanc y la primera audición pública de su hijo, Marcos Souza.

En febrero de 1988, fue el turno de los mineros, que participaron en un espectáculo con el mismo propósito en el teatro Cabaré Mineiro, con Beto Guedes, Paulinho Pedra Azul, Gilvan de Oliveira, Tadeu Franco y Rubinho do Vale, entre otros.

Francisco Mário tenía material inédito para tres discos cuando murió el 14 de marzo de 1988. Tras su muerte, su mujer y productora, Nívia Souza, sus hijas Ana y Karina y su hijo mayor, Marcos Souza, editaron discos póstumos en vinilo. «Dança do Mar», en la Sala Cecília Meireles en 1988, con la participación de Rafael Rabello, Antonio Adolfo, Mauro Senise y Rique Pantoja, David Chew, Galo Preto y la presentación del actor Tony Ramos. Y «Suite Brasil» se estrenó en 1991, con un espectáculo de Marcos Souza en el Centro Cultural Banco do Brasil.

En 1995, la compañía discográfica Caju Music publicó tres CDs de Francisco Mário: «Conversa de Cordas, couros, palhetas e metais», «Pijama de seda» y «Retratos». Los CDs también se publicaron en el sello Fantasy en Estados Unidos. En 1997, «Terra» y «Dança do Mar» fueron editados en CD, junto con la exposición celebrada en el Museo de la Imagen y el Sonido de Río de Janeiro y en el CRAV (Cientro de Referencia Audiovisual) de Belo Horizonte, con el apoyo de Belotur. En 1998, se llevó a cabo el proyecto «Francisco Mário – 50 años», un evento que incluía una exposición, vídeo, teatro, conciertos y lectura de poesía. En 1999, fue lanzado el CD «Marionetes», producido por Marcos Souza, un homenaje en la voz de la cantante Regina Spósito, recogiendo el trabajo de los primeros discos «Terra» y «Revolta dos Palhaços». En el mismo año, el álbum «Suite Brasil» fue lanzado por la colección Funarte, Itaú Cultural y Atração.

Chico escribió tres libros: «Ressurreição», escrito cuando estaba hospitalizado en el Hospital do Fundão en 1987, «Como fazer um disco independente», contando todos los pasos para hacer un disco casero (que fue publicado por Vozes) y el libro de poemas Painel brasileiro.

Francisco Mário dejó mucha música, mucha lucha, mucha esperanza, mucha crítica, tres hijos (Marcos Souza, Ana y Karina), su compañera y productora Nívia Souza y mucho humor.